Un concentrado de Alsacia en 4 días

Paseando por el centro de la Grande Île

La Grande Île, centro histórico de la ciudad, merece el viaje por sí sola. Está inscrita en el patrimonio mundial de la Unesco, y no se puede pasar por alto el encanto de sus tesoros arquitectónicos.

Podrá deambular por los muelles del Îll y las callejuelas adoquinadas de la Petite France, el barrio con más encanto de Estrasburgo; visitar la Catedral de Notre-Dame, subir los 332 escalones que llevan a la plataforma y disfrutar de un panorama excepcional; dejarse tentar por las tiendas de la rue des Orfèvres; y tomarse una copa en la rue des Tonneliers.

Una pausa cultural en los museos

Estrasburgo invita a los curiosos a cruzar las puertas de sus museos. Elija la exposición que más le guste en uno de los 10 museos de la ciudad: arte popular, moderno o contemporáneo, aventura histórica o científica.

Escapada a bordo de una golondrina

Última etapa antes de abandonar Estrasburgo: un paseo en golondrina. Rumbo al embarcadero del Palacio Rohan para dar un paseo por el agua hasta el barrio del Parlamento. Desde las vías navegables la ciudad cobra otra dimensión y los barrios se pueden descubrir desde otro ángulo. Se admira el panorama al tiempo que se aprenden muchas anécdotas sobre la ciudad. Nada como una excursión acuática para hacer los descubrimientos más diversos.

Al asalto del castillo del Haut-Koenigsbourg

Haga un viaje a través del tiempo visitando el célebre castillo del Haut-Koenigsbourg. Este majestuoso navío de piedra magníficamente restaurado nos invita a conocer la vida en un castillo. Puente levadizo, murallas, torres y torreón: todo lo que uno se imagina de la arquitectura medieval, hecho realidad. El castillo se asienta en un espolón rocoso y domina el paisaje ofreciendo una panorámica sin igual. ¿Le tientan las aventuras caballerescas? Su sed de aventuras se verá saciada con visitas guiadas, talleres y otros eventos.

Disfrutando del arte de vivir por la Ruta de los Vinos de Alsacia

¡Siga el itinerario mítico de la Ruta de los Vinos de Alsacia! A lo largo de su recorrido disfrutará de un paisaje lleno de encanto, entre viñedos, pueblos pintorescos e inimitables casas con entramado de madera. Se impone un alto en Riquewihr, Kaysersberg o Eguisheim, para admirar la belleza de estas ciudades vitícolas. Para los gourmets y epicúreos, la ocasión se presta asimismo para hablar con los viticultores que comparten su pasión por la viña y el terruño.

Una escapada romántica por los canales

En lo más profundo de la Ruta de los Vinos de Alsacia, Colmar lo tiene todo para complacerle. Déjese seducir por las pintorescas casas con entramado de madera, románticos canales, ventanas llenas de flores y un laberinto de callejuelas adoquinadas. Sucumba a los encantos de la ciudad de Bartholdi en el curso de un agradable paseo por las aguas del Lauch, a bordo de una barca de fondo plano. Le espera una excursión bucólica y una vista inédita de las fachadas con entramado de madera del pintoresco barrio de la “Pequeña Venecia”. ¡La auténtica “dolce vita” alsaciana!

El majestuoso Museo Unterlinden

Por la tarde, admire maravillado las obras maestras del Museo Unterlinden. Este museo, que se encuentra en un antiguo convento, alberga el retablo de Issenheim, un hito en la historia de la pintura del siglo XVI. Acceda al otro lado del museo y visite los antiguos baños municipales de la ciudad, que actualmente constituyen el ala contemporánea, con obras de importantes artistas como Monet, Picasso o Dubuffet.  La guinda del pastel: el tapiz de Guernica, de René y Jacqueline Dürrbach, una perfecta réplica de la obra de Picasso. Solo existen tres en todo el mundo, en Nueva York, Japón y Colmar.

Una aventura auténtica y poética en el Ecomuseo de Alsacia y en el Parque del Principito

El Ecomuseo de Alsacia se encuentra en la carretera que conduce a Mulhouse. En su interior, un grupo de apasionados revisitan las tradiciones folclóricas de un pueblo alsaciano de principios del siglo XX. Viaje a través del tiempo descubriendo las prácticas y el savoir-faire de antaño, asistiendo a talleres, encuentros y espectáculos.

En el Parque del Principito, el universo poético de este legendario cuento se traduce en diversas atracciones donde se comparten escalofríos, descubrimiento y poesía. En estos dos lugares se dan cita el mayor museo al aire libre de Francia y el primer parque aéreo del mundo.

Una galería de arte al aire libre en Mulhouse

Para concluir estos cuatro días tan ricos en descubrimientos, no deje de visitar Mulhouse, un vivero de creatividad y una ciudad con un notable patrimonio industrial. Visita obligada a unos de los muchos museos técnicos. ¿Tiene alma de piloto de carreras? No se pierda La Ciudad del Automóvil. Sin lugar a dudas quedará entusiasmado ante su colección de más de 400 vehículos de prestigio: Bugatti, Rolls Royce o Ferrari. Si es un gran viajero, la Ciudad del Tren, el mayor museo ferroviario de Europa, le invita a subir a bordo. Déjese transportar a lo largo de la historia de los ferrocarriles por potentes locomotoras y legendarios vagones.

A continuación, salga a explorar la cultura street art. Una auténtica galería de arte al aire libre en la que los muros de la ciudad reflejan la creatividad e imaginación de los artistas y la historia de la urbe.