Llegue a las cumbres siguiendo la Ruta de las Crestas

Empieza una escapada por la montaña en dirección a la Ruta de las Crestas. De camino hacia el Grand Ballon, punto culminante del macizo de los Vosgos, haga una primera parada en el Hartmannswillerkopf (también llamado Vieil Armand). Tras haber sido testigo de los terribles conflictos de la Gran Guerra, es en la actualidad uno de los lugares históricos más importantes de Alsacia, que perpetúa la memoria de un pasado que le dejó una huella profunda.

Tras esta escala histórica, prosiga su camino hasta el Grand Ballon. Una vez ahí, aproveche para estirar las piernas dando un agradable paseo. Los más valientes pueden seguir hasta la cima que culmina a 1.424 m de altitud. La vista es asombrosa y recompensa con creces el esfuerzo, pues si el tiempo lo permite ofrece un panorama inigualable de las altas cumbres de los Alpes.

Rumbo al Markstein para disfrutar de un sinfín de actividades. En verano la estación del Markstein ofrece múltiples actividades de ocio y un sinfín de sensaciones: excursiones, BTT, trineo sobre raíl, minigolf o vuelo libre.

En invierno, cálcese los esquís y deslícese a fondo por las pistas: hay para todos los niveles. El Markstein constituye asimismo una etapa ineludible para los amantes del esquí de fondo o las raquetas. Para respirar aire puro nada como seguir alguno de los numerosos itinerarios que bordean las crestas.

El macizo del Hohneck es una invitación a hacer inolvidables escapadas a pie. A lo largo del recorrido desfilarán ante sus ojos los sorprendentes panoramas sobre los valles de los Vosgos y de Alsacia.

Durante su excursión tendrá ocasión de observar a los rebaños de vacas “vosguianas” rumiando hierba fresca o a las gamuzas que escalan las escarpadas pendientes del macizo. Y tras una última ascensión hasta la cima, disfrutará de un merecido descanso en el albergue “Le Sommet du Hohneck”, mientras saborea el sublime paisaje que se ofrece a su mirada.

Rumbo al puerto de la Schlucht. Por el camino puede detenerse unas horas en el jardín de altura del Haut-Chitelet donde, entre prados y bosques, crecen más de 2.500 especies vegetales de todo el mundo.

Reemprenda el camino hacia el Gazon du Faing para descubrir lo que se esconde tras este curioso nombre. Tras una serie de curvas muy cerradas, descubrirá maravillado un territorio poblado de rastrojo alto, turberas (faing), hermosos bosques de hayas, abetos, píceas y una rica fauna. Una alfombra de brezo ofrece un decorado lleno de encanto para dar un paseo tranquilo y asequible. Le gustarán sin duda estos paisajes únicos, dominando circos glaciares de cuyos flancos escarpados surgen fascinantes lagos y turberas.

Y para cerrar este espléndido itinerario, ponga rumbo al Lago Blanco y sus múltiples actividades. En verano la estación está en pleno auge: bike park, parque de aventura y sendero para caminar descalzo, para un día lleno de sensaciones. Este lugar ideal para las excursiones le invita a hacer un circuito alrededor del Lago Blanco, recorriendo paisajes de rastrojo, peñascos y bosques, y disfrutando de unas vistas inigualables sobre el lago.

Por último diríjase hasta el valle de Sainte-Marie-aux-Mines. Saboree estos últimos kilómetros que se alzan sobre el “país welche”, un oasis de verdor desde donde podrá divisar y admirar sublimes paisajes.

Un menú gourmet y cordial

Una excursión por la Ruta de las Crestas es la ocasión ideal para degustar la famosa comida marcaire en una de las granjas-albergue del macizo. Tradicionalmente se compone de un potaje, una torta del valle con acompañamiento de las denominadas patatas “roigabrageldi”, queso munster y un postre como el “siaskas” (queso granjero fresco con kirsch).

Un momento festivo y auténtico

Dos veces al año, los valles alsacianos de los Altos Vosgos se convierten en el teatro de una fiesta muy esperada: la trashumancia. Los granjeros llevan a los rebaños de vacas a los pastos de las alturas para que se beneficien de la mejor hierba. Una ocasión única para participar en un espectáculo folclórico al son de los cencerros. 

Una buena idea

Cada verano, la Lanzadera de las Crestas le permite llegar a las cimas de los Vosgos prescindiendo de su coche. En invierno la Lanzadera de las Nieves se encargará de llevarle hasta las estaciones de esquí evitándole las molestias de utilizar su propio coche.